10 CONSEJOS PARA SER UN BUEN HIJO
1. – Papá y mamá te aman.
Tus padres son las personas que más te aman en este mundo. Puede que
a veces no te lo parezca, es algo propio de tu edad, pero es una verdad
como un templo: nadie hace por otra persona lo que unos padres hacen
por sus hijos, te disculpan, te defienden, te perdonan; Tienen sus
defectos, pero ¿quién no los tiene?
2. – Lo que han hecho por ti .
Tus padres, con una intervención divina muy especial, te han dado la
vida, el don mas preciado que tienes. Eres una persona única, te
pareces a ellos más que a nadie, por razones genéticas y porque son las
personas que más cerca han estado de ti.
Les debes el alimento, la ropa que usas, la casa en la que vives,
los muebles de tu cuarto, el celular, El reloj, la tele, la bici, el
equipo de deporte, las facturas del dentista, del doctor, de la escuela…
¿Has calculado cuánto cuestas al año a tus padres?
Y eso es lo de menos. Les debes innumerables detalles de cariño, te
atiende cuando estás enfermo, noches sin salir de casa porque tenían que
cuidarte, la ayuda en los problemas que tenías cuando eras niño,
durante diez u once años y ahora quizá no pueden hacerlo porque no les
dejas.
3. – Pues mis padres no son así .
Todo esto está muy bien pero es que ¡mis padres no entienden nada!,
me lo prohíben todo, no me dejan en paz, yo quiero vivir mi vida y que
me dejen tranquilo.
Es muy normal que a veces, no siempre, pienses así. Todos lo hemos
hecho entre los 12 y los 18 años, más o menos; Acabas de estrenar tu
libertad, tu personalidad se está perfilando, ocurre lo mismo cuando se
estrena un carro: el más mínimo rayón es una tragedia… Luego la vida va
limando estas pequeñas cosas, y uno no se enoja porque le han hecho una
pequeña cosa.
Te cuesta aceptar tus limitaciones (te gustaría portarte como un
hombre y a veces eres como un crío pequeño, caprichoso y egoísta), tus
padres son como son y no como te gustaría que fueran. Has de aceptar las
limitaciones de los demás, y entender que en la vida no todo tiene
color rosa, que hay límites que debes respetar.
Tus padres sufren por verte así, te preocupa el no entenderte con
ellos como cuando eras más pequeño, pero no te dejes llevar por los
sentimientos, y piensa; tus padres generalmente tienen la de razón; No
te cierres, habla con ellos y entenderás poco a poco.
4. – Mantenles informados .
Cuéntales en el momento oportuno lo que haces y da detalles; a
veces, tendrás que hacerlo a solas (“luego te contaré”)… pero hazlo. No
les mientas, comprende que ellos están preocupados por ti, si miras a
tu alrededor, fíjate en alguno de tus amigos o compañeros. ¿Qué harías
tú si fueras el padre o la madre de ellos?
5.- De buenas maneras .
Conseguirás más por las buenas que por las malas. Tienes que ganarte
su confianza y pedirles perdón si alguna vez abusas de ella;
Acostúmbrate a pedirles consejo: No disfraces las malas noticias: más
vale que tus padres se enteren por ti; si hay una mala noticia que
comunicar, da la cara y no esperes a que se enteren por otros medios. No
acuses (y menos falsamente) a tus hermanos, ni eches la culpa a otros:
tus profesores, tus amigos…
6.- Ayuda en la casa .
Si tus padres te han dedicado tanto tiempo, esfuerzo y cariño, es
justo que correspondas en la medida en que puedas; No consientas que
mamá te haga la cama, recoja tu ropa sucia, ordene tu cuarto: eso debes
hacerlo tú. Colabora en las tareas de la casa, sacar la basura con buena
cara y sin que te lo repitan tiene mucho mérito. Ofrécete como
voluntario para servir, No te hagas el loco cuando hay que hacer un
mandado; si son varios hermanos, pueden repartir la tarea.
7.- ¿Qué pasa con el dinero?
Aunque tus padres disfruten solvencia económica, no te crees
necesidades artificiales, en su mayor parte fruto de la propaganda y del
querer ser como los demás; una persona vale por lo que es, no por lo
que tiene.
¿Por qué no haces una lista de cosas que tienes y no necesitas? Te quedarás asombrado;
Cuida las cosas para que duren. No te gastes el dinero inútilmente
en “chucherías”, o para presumir ante los amigos; ahorra algo de lo que
te den tus padres o familiares. Trabaja en vacaciones y gana algún
dinero; disfrútalo y comparte, recuerda que tienes obligación de ayudar a
la Iglesia y ser solidario con los que tienen menos que tú.
8. Es que mi familia es un infierno.
Desgraciadamente, es posible que en casa haya problemas,
discusiones, que tus padres no sean tan ejemplares como deberían ser,
incluso que la familia se rompa. Son situaciones que te causarán mucho
dolor, pero no te dejes vencer por los problemas, afróntalos. Quizá
directamente no puedas hacer mucho pero tienes que seguir portándote
bien, ahora más que nunca y contribuir a la buena marcha de la situación
familiar. Al menos, no contribuyas a empeorarla.
Si no te crees con la suficiente confianza con tus padres, habla con Dios, el te dará la sabiduría y el valor para hacerlo.
9.- Lo que piensas de Papá:
A los 3-4 años: Mi papi es como Superman.
A los 8-9: Mi papi es el mejor hombre que conozco.
A los 10-11: Mi papi es muy bueno, pero tiene defectos.
A los 13-15: Mi tata no sabe nada.
A los 18: Mi tata tiene razón en algunas cosas.
De los 25-35: Voy a preguntarle a mi papá.
A los 40: Me gustaría ser como mi padre.
A los 60: ¡Si viviera mi padre!
10.- Tu Padre Dios.
Dios te quiere más de lo que todas las madres del mundo, juntas,
pueden querer a sus hijos; Siempre puedes recurrir a Él (Juan 3:16);
Pídele que sepas cumplir con tus deberes como hijo (Efesios 6:1-3), que
te ayude a comportarte como lo hizo el Señor (Efesios 4:2-3). Recuerda
el “Triangulo del éxito”, de tu casa, a tus estudios, a tu iglesia; tu
lectura bíblica, tu servicio religioso, tu oración.
Ya sé que te he puesto las cosas no tan fáciles. No se trata de que
hagas todo lo que aquí se dice al 100%, sino de que lo intentes, que
luches por conseguirlo.
LE RECOMIENDO QUE VEA EL SIGUIENTE VÍDEO
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